Agosto 2025 - Flipbook - Page 16
Revista cultural año 2025
En fechas recientes leí la última novela histórica de don José Calvo Poyato, DUEÑOS DEL
MUNDO, donde sitúa la acción en 1580, reinando Felipe II el imperio español que habrá
de incrementarse con su proclamación como rey de Portugal tras la batalla de Alcántara
en tierras lusitanas. A partir de este momento en los dominios del rey denominado el
Prudente por su carácter mesurado, reflexivo y cauteloso en la toma de decisiones y su
habilidad para anticipar y prevenir posibles problemas o conflictos, no se pondría el sol y
podría decirse que el mundo le pertenecía.
Lo que más me ha fascinado de
esta novela ciertamente, es saber
por boca del autor que lo que le ha
llevado a escribirla —lo ha hecho
en otras también—, es para poner
en valor la verdadera imagen de
Felipe II frente al denostado
retrato que de él se ha vendido
históricamente
principalmente
por parte de sus enemigos. Afirma
Pepe Calvo que, aunque sin duda,
fue un rey que tuvo sus rincones
oscuros como todos, también
tuvo momentos muy brillantes y
con esta novela es precisamente
esto lo que quiere poner de
relieve.
Si bien comienza la acción con el
hallazgo de un cadáver en el
madrileño río Guadarrama, el de
un boticario con vínculos con la
alquimia, —la intriga está
servida—, pronto sabremos que nos encontramos en una época muy importante en el
reinado de Felipe II, pues tras la muerte sin descendencia del rey Sebastián allá en la batalla
y lugar más arriba mencionada, en Alcazarquivir, el trono de Portugal en breve quedará
vacante ya que su sucesor, su tío el Cardenal don Enrique I, pronto feneció, obviamente
también sin dejar descendiente en el trono: la crisis sucesoria está servida. Y el prudente,
culto y humanista de nuestro español rey tomará cartas en el asunto. Vaya si las tomará.
Si bien la duquesa de Braganza, Catalina de Avís, tenía por correspondencia paterna las
mejores cartas o al menos encabezaba la lista por esta razón de derechos, pero era mujer,
las cartas que jugaría Felipe II eran las de derechos que provenían de su madre (la
emperatriz Isabel de Portugal), ah, ¡pero era varón! El debate jurídico está servido. En
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