Agosto 2025 - Flipbook - Page 45
Revista cultural año 2025
Constantino, uno de los "guapos" del grupo, conocía a un estudiante de la Facultad de
Ciencias que era tartamudo y, a ojos de las chicas, poco agraciado. La vida de este muchacho había
cambiado gracias a un "narcótico opioide" de uso veterinario, empleado para calmar y dominar
ganado de gran tamaño. Él había modificado el narcótico y lo había adaptado, probándolo en sí
mismo. Con solo dos gotas en una bebida, dejaba a una persona inconsciente durante al menos cuatro
horas, dependiendo de su volumen corporal. - Ahora las mozas no me ven tan feo, y les da igual que
sea tartaja -, decía riéndose en las tabernas cuando contaba sus hazañas.
Laura actuaría como enlace, como ya lo había hecho el día de "La Moneda". Ahora, bastó
un beso y un achuchón de José Luis para que sus negativas se doblegaran y su voluntad cayera en
sus manos. Otro de los "guapos" había concertado con un coche de caballos la hora de recogida en
la caseta. Fue él mismo quien le pidió el calimocho a Elena y, en el camino hasta la mesa, le añadió
las dos gotas de aquel veneno dominador. El resto ya solo dependía de José Luis.
-La última pieza de la historiaTras la gravedad de los hechos,
los padres de Laura y ella misma se
trasladaron a Sevilla. Lo primero que
hicieron fue citarse con Don Fernando y
Doña Elvira para comunicarles el resto de
la verdad. Aquello provocó la ira
instantánea de Don Fernando. Fuera de
sí, dio una fuerte patada a una maceta,
una aspidistra, que estaba al lado de un
gran ventanal en casa de su madre. El
tiesto de barro se hizo añicos y la tierra se
esparció por el piso. Don Fernando nunca
había soportado las dobleces ni la
traición, y mucho menos en las personas
donde se depositaba la confianza. 4Lo
siento, Don Fernando. Estamos
avergonzados por el comportamiento tan
desleal que ha tenido nuestra hija con
Elena, nos sentimos abochornados 4,
dijo el padre de Laura. - Lo siento. La
furia a veces me domina, no la puedo controlar. Sé que son unos padres honestos, y así nos lo habéis
demostrado desde el primer momento 4, respondió Don Fernando. Mientras tanto, Doña Elvira
lloraba desconsoladamente sentada en un sillón. Don Miguel, primo de Don Fernando y conocedor
de la situación, había informado al comisario Ezequiel del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, un
amigo personal, para que asistiera a la reunión entre los padres e informarles de los pasos a seguir.
- Y Elena, ¿cómo está? -, se interesó la madre de Laura a Doña Elvira. - Pues de salud está bien. El
médico nos dijo que tiene un poco de anemia y mentalmente, la veo fuerte y determinada, con las
ideas muy claras para afrontar su futuro y de lo que halla de venir-, dijo Doña Elvira. - Entonces,
Elena ¿está