Diciembre 25 - Flipbook - Page 18
Revista cultural año 2025
Cuando la luz escasea,
los lobos acechan
Isabel Natalia García Ruiz
(Natalia García)
Sé que quizás es un poco desusado comenzar de esta manera, pero lo tengo que decir: con
el dibujo que os traigo este mes he sentido mucho enfado, frustración y exasperación.
Ahora que estamos cerca del invierno, apenas hay luz natural. Aquí, en Escocia, amanece
a las ocho de la mañana y anochece a las cuatro de la tarde. Pero para cuando estéis
leyendo esto en diciembre, amanecerá a las nueve y anochecerá a las tres de la tarde; es
el mes más oscuro. No sé si con decir esto comprenderéis de lo que hablo, pero para
alguien que disfruta dibujar con luz natural es muy frustrante. Prácticamente no se ve la
realidad de lo que se dibuja, y la luz amarilla artificial del interior de una casa no ayuda:
cambia los colores y la percepción del dibujo. Y sí, por eso me enfadaba: porque, aunque
era de día cuando dibujaba, la luz era escasa debido a los nublados.
Pensaréis que ahora mismo estoy usando este espacio para desahogarme, y no. Porque
después de la frustración venía un pequeño ratito de alegría cuando una nube dejaba pasar
un rayo de luz por mi ventana. Lo que quiero decir con esto es que, a veces, un proceso
creativo no es maravilloso y agradable, aunque al artista le guste crear. Sí, estoy contenta
con el resultado del dibujo, pero a veces pienso que se romantiza mucho este mundo,
cuando muchas veces no es color, líneas y alegría. Uno disfruta, por supuesto, pero a veces
la idea que quieres plasmar no sale, te equivocas en una línea o, como en mi caso, el
ambiente no ayuda.
Ahora bien, ya que os he dado un toquecito de realidad, aquí va otro. Además, ya lo he
mencionado al principio: es diciembre y estamos a oscuras. No me malinterpretéis: a pesar
de que la falta de luz me frustre para dibujar, me gusta el hecho de que combatamos esta
oscuridad con luces navideñas en las calles, árboles decorativos en las casas, velas,
películas, libros, mantas y chocolate caliente. Dicho así, todo suena maravilloso.
Pero la oscuridad no solo trae a una artista frustrada acompañada de chocolate caliente,
sino que también trae a los lobos. En diciembre, las presas escasean, por lo que los lobos
se acercan más a los pueblos y los rebaños están más vulnerables. Por eso, diciembre para
muchas culturas rurales es el inicio de la temporada de lobos, y es conocido como «el mes
en que el lobo baja».
Esto hizo que se desarrollaran rituales, protecciones y remedios para proteger al ganado.
Aquí es donde interviene el acónito. A pesar de ser una planta que florece en verano, su
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