Julio 2025 - Flipbook - Page 42
Revista cultural año 2025
presidente porque el obispo, el parroco, algunos terranientes e incluso algunas beatas me ha
vetado&. ¡¡¡ya me pusieron hasta mote!!! —. —Jajajaja, no me diga que lo han vuelto a bautizar,
aquí en este pueblo es muy normal —. —Sí, hija, "El Ángel Rojo", no sé si es para bien o para mal,
pero me da igual, seguiremos adelante como sea Carmen, ¿no? —. Carmen era la persona idónea
para el puesto, capaz de aglutinar un consenso: era creyente practicante y ayudaba a la iglesia
cuando podía y, además, se significaba por creer y defender una sociedad laica y un estado
aconfesional real. En definitva, ella era abiertamente progresista y cristiana.
- La soluciónDon Eusebio sabía que, después de dos años de crear la Asociación Benéfica Local (ABLO),
saber medir los tiempos y esperar el momento adecuado era la mejor de las estrategias. La reunión
mensual de la asociación la hizo coincidir con el día de la reunión de la cámara agraria. También
sabía que así acudiría gente poderosa del pueblo, aprovechando el desplazamiento desde las
haciendas. Como todos los meses, se trató el orden del día con las distintas necesidades que tenía
ABLO, pero Don Eugenio dejó el problema de Santiago para el último punto del orden del día. Don
Fernando había acudido presionado por su mujer, Elvira, en un acto claro de estrategia delinea al
milímetro por Don Eugenio, su amiga Carmen y ella misma, a sabiendas del gran corazón de su
esposo. Le acompañaban el teniente de alcalde y varios amigos que habían quedado para cenar
juntos después de la reunión. Doña Carmen cerró la sesión mensual con una leve sonrisa, mirando
a Don Eugenio; su felicidad interna era mucho mayor, estaba pletórica pero no quería exteriorizarlo
allí. Todo eran buenas noticias: le habían sacado algunos duros al ayuntamiento para el comedor
social, la cerámica donó un lote completo de tejas para casas en semirruina, algunas tiendas
donaron ropa, la farmacia algún botiquín, y casi todos los gremios aportaron material y horas de
trabajo para ayudar, con la condición de que sus nombres salieran reflejados en el semanario local,
el cual también cedió una página para la noticia. Pero lo que más apremiaba era alojar a Santiago
y a Santi antes de que se vieran en la calle. Y también se consiguió, al menos temporalmente. Don
Fernando, aun a sabiendas de que le habían hecho la envolvente, cedió "La Morenita", una casilla
pequeña que quedaba vacía durante el verano y principios del otoño. Era un sitio perfecto para los
dos: Santiago estaría alejado de las tabernas del pueblo y tendría trabajo hasta que acabara la
vendimia, y Santi estaría libre en un entorno natural, lo que nunca había tenido.
-La plaza de sepultureroEl oficio de sepulturero rara vez era ambicionado. Resultaba desagradable y poco atractivo
para una familia convencional. Requería no solo esfuerzo físico, sino también una preparación
mínima para llevar los registros exigidos por el ayuntamiento. Además de saber leer y escribir, el
sepulturero debía familiarizarse con los libros del Registro. El Día de Todos los Santos, el actual
sepulturero se jubilaba por edad, y el ayuntamiento necesitaba cubrir la plaza mediante concurso
con al menos un mes de antelación. Elvira sabía que, si Santiago aceptaba, ella misma y Ramón,
quien se había postulado para ayudar, se encargarían de prepararlo durante el verano. Tendría
muchas posibilidades. Si conseguía el puesto, le cederían una casa junto al cementerio, con huerto
y gallinero, y un sueldo suficiente para que ambos pudieran vivir. Estarían un poco alejados del
pueblo, con todo lo necesario y sin que nadie los molestara; era ideal. Aquel verano de 1932 fue
intenso. Elvira y Ramón disfrutaron enormemente de la empresa, que les compensó personal y
espiritualmente. Estaban cambiando el destino de personas que no merecían lo que la vida les
había deparado, y eso los llenaba, los hacía sentir útiles y solidarios.
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