Julio 2025 - Flipbook - Page 56
Revista cultural año 2025
En todo caso, sospechamos que hacia 1668-1670 la Custodia debió sufrir una restauración
de la que no hemos podido encontrar documentación hasta ahora. Las cuatro pirámides
del segundo cuerpo de la misma hacen relacionar la Custodia con el primitivo Sepulcro de
plata, donado a la cofradía de Jesús Nazareno por su hermano mayor, Juan Fernández
Tejeiro, hacia 1668. Estas pirámides coronadas por estatuillas, típicas del Sepulcro, son un
extraño añadido en la Custodia. Ni Pedro Sánchez de Luque, ni posteriormente Damián de
Castro las usaron nunca en sus obras conocidas.
Sólo el tiempo y la fortuna permitirán algún día encontrar documentos que confirmen o
rechacen definitivamente nuestra hipótesis.
En 1772, la Iglesia de Cabra solicita permiso al Obispo para hacer una nueva restauración
a la Custodia. El obispo ordena que la reparación la haga Damián de Castro, el platero más
famoso por aquellos años en Córdoba.
Con el arreglo de Damián de Castro, la custodia quedaba reducida en peso. Ahora pesaba
227 marcos y medio aproximadamente, frente a los doscientos cincuenta liquidados a
Pedo Sánchez de Luque.
Damián de Castro hizo una nueva Urna Eucarística, que es la que actualmente ocupa el
cuerpo inferior de la Custodia. Esta adición supuso la ruptura del esquema renacentista
original, ya que incluía unas formas bulbosas que desentonan con el conjunto, sin que eso
quiera decir que la labor de Damián de Castro sea defectuosa. Siempre es un riesgo
mezclar dos estilos diferentes en una misma obra de arte y eso es lo que hizo este platero,
al añadir a la estructura renacentista un rococó movidísimo que no acababa de integrarse
en el conjunto.
Con el auge de las procesiones del Corpus, al construirse grandes custodias, estas eran
transportadas sobre andas a hombros de canónigos.
Pero esta tradición se rompió en el año 1684 en que, por un Decreto de la Sagrada
Congregación de Ritos, se prohibió que el Santísimo fuese en procesión en andas y a
hombros. Se ordenó que fuese llevado en adelante en manos del Preste en un ostensorio.
Así se hizo en 1684 y 1685 pero, en 1686, se volvió a procesionar en las Custodias
tradicionales. Nuevamente fueron los clérigos los encargados de llevar las andas, un
trabajo por el que cobraban un salario.
El primer recibo firmado por seglares, como gratificación por llevar las andas del Santísimo,
es el año 1849.
A principios del siglo XX la fiesta del Corpus, según D. Nicolás Albornoz, se iniciaba la
víspera de dicho día con una velada musical en la Plaza de San Martín. La procesión se
hacía por la mañana y todo el pueblo aparecía engalanado con colgaduras y luces. El
Ayuntamiento daba subvenciones para que esos días se bajara el precio de la carne y que
todo el mundo pudiera comprarla. Sin embargo, no había una cofradía en el sentido
estricto de la palabra.
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